Rodolfo Walsh
Hoy se conmemora el
90 aniversario del nacimiento de quien es reconocido por su lucha contra el
terrorismo de estado y por ser un pionero en la escritura militante, que decidió que la mejor manera de contrarrestar la
lucha, era con la palabra, más que con la violencia.
El 9 de enero de 1927
nació en Lamarque, Argentina, Rodolfo Walsh, referencia para la comprensión del
periodismo militante como herramienta para la transformación sociopolítica en
América Latina.
A partir de 1951 escribió para las
revistas Leoplan,
Panorama, y Vea y Lea, además trabajaba en la editorial Hachette, como
traductor. En junio de 1956 se produjo un levantamiento militar contra el gobierno de facto que
había derrocado a Juan Domingo Perón. El levantamiento fue
reprimido y durante la madrugada entre el 9 y el 10 de junio nueve civiles
fueron detenidos y fusilados en un basural de José León Suárez sobre la ruta 4, al lado de un club
alemán. Walsh presenció el levantamiento y los combates callejeros en La Plata,
donde residía. En relación a estos hechos, y en unos meses, escribió la primera
versión de lo que luego sería Operación Masacre, considerada una pieza
única de investigación periodística, precursora del Nuevo Periodismo y primera novela testimonial.
En 1959 viajó a Cuba, donde junto con sus
colegas y compatriotas Jorge Masetti, Rogelio García Lupo y el escritor colombiano Gabriel García Márquez, con el apoyo de
Ernesto Ché Guevara, fundó la agencia Prensa Latina.
Durante su estancia en la isla interceptó por accidente y logró descifrar, con
sólo un manual de criptografía, las comunicaciones secretas entre
la CIA y agentes en Guatemala,
sobre los preparativos para la invasión de Playa Girón, operación que
fracasó gracias a la labor de Walsh, quien también se infiltró en la base
estadounidense disfrazado de sacerdote protestante por sugerencia de Massetti.
El 24 de marzo de 1976, las Fuerzas Armadas derrocaron a Estela
Martínez, dio comienzo a lo que llamaron Proceso de Reorganización Nacional. La
Junta Militar aplicó censuras sobre los medios de comunicación, intervino los
sindicatos y emprendió una política de Terrorismo de Estado que implicó el secuestro, la tortura y la desaparición
de miles de personas.
Ante la censura,
Walsh creó ANCLA (Agencia de Noticias Clandestina), y la Cadena Informativa un
sistema de difusión de información de mano en mano cuyas gacetillas decían:
“Reproduzca esta
información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a
mimeógrafo, oralmente. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las
estarán esperando. Millones quieren ser informados. El terror se basa en la
incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de
un acto de libertad. Derrote el terror. Haga circular esta información”.
Rodolfo Walsh.
El 24 de marzo de 1977, al cumplirse el
primer aniversario del golpe militar, Walsh terminó su última obra ―acordada
con la organización Montoneros―, Carta abierta de un escritor a la Junta
Militar, en la que denunciaba tanto los crímenes de secuestro y
desaparición de personas como las consecuencias de las políticas económicas de
orientación neoliberal, que produjeron un aumento de la desocupación y la
pobreza y destruyeron la industria nacional. La carta termina con una
contundente afirmación de Walsh:
“Estas son las reflexiones que en el
primer aniversario de su infausto gobierno he querido hacer llegar a los
miembros de esa Junta, sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser
perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar
testimonio en momentos difíciles” Rodolfo Walsh.
Un día después, tras enviar por correo las
primeras copias de la Carta abierta,
en la Plaza Constitución, Walsh fue emboscado y secuestrado. Un Grupo de Tareas
de la Escuela de Mecánica de la Armada, comandado por Alfredo Astiz y Jorge Tigre Acosta, bajó de un auto y le dio la orden de entregarse, pero Walsh
se resistió, sacó el arma que llevaba (una pistola calibre 22 corto) y comenzó a disparar. Logró herir a uno
de los atacantes, pero fue acribillado por una ráfaga de Fal y herido de
muerte. Aun herido, fue subido al auto y secuestrado. Existen versiones que
indican que Walsh disparó para no ser atrapado vivo, ya que la pequeña arma que
portaba no era suficiente para un sostener un enfrentamiento armado. Testimonios
de sobrevivientes señalaron haber visto el cuerpo sin vida de Walsh en la ESMA,
pero no hay información exacta del paradero de sus restos, que al día de hoy
permanecen desaparecidos.